martes, 12 de febrero de 2013

Huelgas y juergas

En las paradas de autobús, sobretodo a primera hora de la mañana, uno ve y oye de todo. Hoy no ha sido distinto. Con el frío que hacía esta mañana, lo mejor que podía hacer uno mientras esperaba la llegada del autobús era estarse callado con la boca cerrada. El frío te entra por la boca, decía mi abuela. Bien, pues hoy había dos señoras discutiendo sobre las próximas huelgas de empleados de una compañía aérea. 

Una de ellas decía que era inadmisible que se pusiesen a hacer huelga en plena Semana Santa.
La otra asentía. Que si tenía billetes comprados para ir a no sé qué ciudad del centro de Europa, que sí siempre le tocaba a ella, que si no había derecho, que si eran unos sinvergüenzas.

La otra, que debía de tener una abuela como la mía, sin abrir la boca decía que sí a todo. 

Con el periódico gratuito entre mis manos, apoyado en el pecho para paliar el frío del gélido viento, pensaba...

Las huelgas son un derecho de todos los trabajadores. Podré estar más o menos de acuerdo con sus reivindicaciones, pero ante todo, tienen su derecho a convocar esas huelgas. 

Salgamos del sector aereo y miremos unos cuantos más. 

Los médicos, cuando protestan, no lo hacen de doce de la noche a seis de la mañana. No tienen en cuenta que la mayoría de sus pacientes acuden de día al hospital. No. Lo hacen en paros de veinticuatro horas sin contar con el paciente. 

Los empleados de metro no se bajan de sus trenes en horario nocturno, cuando todo el que viaja en metro es el borracho o el divorciado desesperado buscando el camino a casa después de una noche loca intentándose ligar a la soltera de turno. No, hacen sus paros en hora punta por la mañana y por la tarde, en horario de entrada y salida de la oficina. 

Y, ¿qué me dices de los basureros? Ah, sí. Éstos sólo hacen huelga en ciudades que se quedan vacías en verano, cuando todos sus vecinos buscan desesperadamente un rayo de sol en la playa más próxima. Cuando los cubos de basura se quedan en los portales ya que no hay mucho que sacar a la calle. Cuando... ¡NO! Ellos también hacen huelga en momentos donde se hacen notar... Lógicamente. 

Taxistas, empleados de metro, pilotos, basureros, médicos, profesores... Ay, los profesores. ¿Por qué no hacen huelga en julio y agosto? Así molestarían menos al personal. Claro, no me haga Usted huelga en enero que no tengo con quién dejar a mis niños mientras usted reclama una subida de sueldo o una paga extra por su curso de japonés avanzado. 

Venga ya...

Pues sí, eso es todo lo que me ha hecho pensar la histérica cabreada mientras esperábamos el autobús. 

Otro tema es si las huelgas sirven para algo más que para pasar un día de juerga mientras el resto de gente trabaja.


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